PARTES DEL OJO
Partes del ojo
El ojo es el órgano anatómico que hace posible la compleja función de la visión. Para poder llevar a cabo esta importante misión, los ojos necesitan de un sistema de protección, mantenimiento y defensa, que es llevado a cabo tanto por las estructuras oculares propiamente dichas, como por los párpados, las pestañas y las lágrimas.
Todos estos elementos trabajan juntos para mantener la salud del ojo y protegerlo de las agresiones externas a través de sus correspondientes funciones: hidratación, oxigenación, nutrición, eliminación de desechos, estabilidad de la barrera inmunológica y capacidad de regeneración. De esta manera, logran preservar la integridad de la película lagrimal, que es el escudo protector del ojo.
¿De qué modo lo hacen?
La zona en la que se sitúan los globos oculares, propiamente dicha, está compuesta por los siguientes elementos:
Limbo esclerocorneal
Se sitúa entre la esclera (la región blanca del ojo) y la córnea. Es responsable de las funciones de nutrición, cicatrización, inmunovigilancia y respuestas de hipersensibilidad.
Película lagrimal
Es de vital importancia para la salud ocular. Al ser la primera superficie del ojo en contacto con el aire, es esencial en la oxigenación e hidratación. Además, actúa como un agente lubricante, al disminuir el roce durante el parpadeo y los movimientos oculares. Y, por último, posee propiedades antibacterianas y antiadherentes.
Epitelio corneal
Por sus características de composición, el epitelio posee gran impermeabilidad y adherencia, lo que le permite actuar como una barrera para proteger la córnea; además, es un escudo frente a las bacterias.
Neurotrofismo
La superficie ocular posee un número de terminaciones nerviosas 20-40 veces mayor que la pulpa dentaria y 300-600 veces mayor que la piel. Esta es otra de las razones por las que los ojos son tan sensibles.
Conjuntiva
Es una membrana mucosa transparente que recubre el interior de los párpados y la mayoría de la superficie externa del globo ocular. Es esencial para la estabilidad lagrimal y la transparencia corneal, y además es capaz de absorber sustancias diluidas en la película lagrimal, por ejemplo, a través de colirios. Sin embargo, es muy susceptible a traumas, infecciones y reacciones alérgicas.
Los párpados, con sus pestañas y sus glándulas, y el saco lagrimal son estructuras que protegen el ojo y forman parte de lo que se define como zona periocular.
Conjuntiva
Constituyen la primera barrera mecánica de protección del ojo. Sus principales funciones son: evitar la desecación; proteger de los traumatismos; y, por medio del parpadeo, renovar la película lagrimal. Desde un punto de vista anatómico, se componen de piel (como ya hemos visto, la más fina del cuerpo), músculo (responsable del parpadeo y la expresión facial) y tarso (el «cuerpo» de los párpados, donde se encuentran las glándulas sebáceas de Meibomio, que tienen una importante función defensiva).
Las cejas protegen los ojos del sudor y evitan la entrada de agentes externos en ellos, además de protegernos de la luz solar. Son estructuras vivas que pasan de manera continua por distintas fases: crecimiento, maduración y caída.
Las pestañas también desempeñan una función protectora frente a los agentes externos y participan en el reflejo de parpadeo. Su función frente a la radiación solar es mucho más importante que la de las cejas, ya que filtran los rayos de luz y, sin ellas, los ojos sufrirían irritaciones de manera constante.