Conoce los tips y hábitos para tratar el ojo seco

Aunque el síndrome del ojo seco sea la afección ocular más común tiene un tratamiento eficaz.

¿Cómo puede ser que un ojo que lagrimea constantemente sea un «ojo seco»? El síndrome del ojo seco es una alteración de la superficie ocular por falta de lágrima o porque esta es de mala calidad. Como consecuencia, la superficie del ojo no está bien lubricada y se dan los siguientes síntomas:

  • Picor o ardor
  • Enrojecimiento
  • Sensación de arenilla
  • Ligera visión borrosa
  • Dificultad para abrir los ojos al despertar
  • Incomodidad con el uso de lentes de contacto
  • Lagrimeo excesivo

Lágrimas de cocodrilo, pero de buena calidad

Tan importante es la cantidad de lágrimas como su calidad. Una buena secreción lagrimal está compuesta por: una parte mucosa, que mantiene la lágrima en la superficie del ojo; una parte acuosa, que aporta nutrientes, oxígeno y anticuerpos, lubrica y limpia la suciedad; y una parte grasa, que favorece la lubricación y retrasa la evaporación de la capa acuosa.

Cuando existe poco componente acuoso, estamos ante un ojo seco acuodeficiente, que aparecerá rojo, con picor y sensación de arenilla, y sin casi lágrima. Cuando falta el componente graso, se da un ojo seco evaporativo, donde además a veces existe lagrimeo en abundancia.

¿Por qué la lágrima deja de ser equilibrada?

Las causas de este fenómeno son:

  • Disminución de la secreción por la edad.
  • Cambios hormonales en la mujer (menopausia, embarazo, consumo de anticonceptivos orales).
  • Dieta pobre en ácidos grasos omega 3.
  • Consumo de tabaco
  • Deshidratación (beber poca agua o mucho alcohol, tomar diuréticos).
  • Factores ambientales (viento, aires acondicionados, calefacciones…).
  • Lectura o uso del ordenador prolongados.
  • Empleo de lentes de contacto.

El cuidado especial del ojo seco

Aunque el síndrome del ojo seco sea la afección ocular más común (afecta al 20 % de la población y al 75 % de las personas mayores de 65 años, la mayoría mujeres), tiene un tratamiento eficaz:
  • Evitar las corrientes de aire, que favorecen la evaporación de la lágrima.
  • Usar humidificadores para compensar la sequedad ambiental.
  • Protegerse del humo del tabaco o los disolventes.
  • Forzar el parpadeo varias veces al día y limpiar las glándulas lagrimales a menudo.

Un paso fundamental en la rutina diaria de cuidado facial es limpiar y desmaquillar los ojos. Los limpiadores frescos y fluidos son los más recomendables para los ojos secos y sensibles. La loción desmaquillante calmante de Belcils es hipoalergénica, posee el mismo pH de la lágrima y no contiene alcohol. En su composición participan el agua de aciano (calmante y descongestiva), que rebaja la hinchazón, y el agua de rosas (regeneradora y suavizante), que mejora la microcirculación de la zona alrededor del ojo.

Aunque el síndrome del ojo seco pueda parecer otro signo más del avance de la edad, no se debe descuidar; así prevendremos complicaciones y estaremos confortables cada día.