Leyendas sobre los ojos y la vista… que no son ciertas

Mito #1: Comer zanahorias mejora la vista

La base de este mito es que las zanahorias son ricas en betacaroteno, que el cuerpo utiliza para obtener vitamina A. Es totalmente cierto que esta vitamina es necesaria en pequeñas cantidades para el buen funcionamiento de los ojos pero, si existe un problema de visión fisiológico, la ingesta de mucha zanahoria no lo va a corregir.

Además, existen muchos otros alimentos que contienen vitamina A: los espárragos, los albaricoques, las nectarinas, la leche… Una dieta variada y equilibrada contiene las cantidades de vitamina A necesarias.

Mito #2: Las pantallas de ordenador y de móvil dañan los ojos

Si bien es un hecho que trabajar durante largos periodos de tiempo mirando una pantalla causa molestias y fatiga ocular, esto no significa que el uso del ordenador o del móvil sea perjudicial para los ojos.

Según la Academia Americana de Oftalmología (AAO), no está demostrado científicamente que las pantallas de los aparatos electrónicos sean perjudiciales para los ojos. La cuestión es que al trabajar con ordenadores, se parpadea menos y el ojo acaba sufriendo cansancio, visión borrosa y sequedad.

La única estrategia que debemos adoptar frente a una pantalla es descansar la vista cada 20-30 minutos; apartar la mirada hacia un punto alejado, levantarse del sitio y dedicarse a otra actividad durante 5 minutos -que no implique mirar otra pantalla durante 5 minutos-.

Mito #3: Ver la televisión muy de cerca daña los ojos

Desde que la televisión entró en nuestros hogares, los padres llevan afirmarlo: «¡no te pongas tan cerca de la tele que te hará daño a los ojos!».

A los adultos ver la televisión durante muchas horas puede causar fatiga ocular y cansancio. Los niños, en cambio, que pueden enfocar de cerca sin desarrollar cansancio ocular, es habitual que se acerquen mucho al televisor o que sostengan muy de cerca lo que están leyendo. Esto no quiere decir que les vaya a hacer daño.

Aunque el hecho de que un niño se ponga siempre muy cerca del televisor puede indicar que tenga miopía, en este caso se recomienda siempre acudir al especialista.

Mito #4: Llevar todo el tiempo las gafas hace los ojos dependientes

Los errores refractivos (miopía, hipermetropía y astigmatismo) van cambiando a medida que los niños crecen. Hay muchas variables implicadas en este proceso, pero gran parte del cambio probablemente obedece a factores genéticos, y prosigue a pesar de que se lleven gafas antes o después, o durante más o menos tiempo.

Usar gafas correctamente graduadas no es perjudicial para los ojos. Lo mismo ocurre con la presbicia: el ojo irá perdiendo su capacidad de enfoque pero llevar la graduación correcta de gafas no hará que se acostumbre el ojo.

Mito #5: Tras el nacimiento el ojo no crece de tamaño

El ojo no alcanza su tamaño final al nacer. Es un mito la idea de que el ojo del recién nacido mantiene su tamaño hasta la edad adulta. El ojo mide aproximadamente 18 mm en el nacimiento, 19,5 mm aproximadamente en la infancia y sobre los 24-25 mm en la edad adulta. Por lo tanto, al nacer el ojo es un tercios más pequeño que el ojo del adulto.

Mito #6: Las cataratas solo se pueden operar cuando están totalmente desarrolladas

Hoy en día esta afirmación es ya un mito, puesto que la tecnología está lo suficientemente avanzada como para no ser necesario tener que esperar a que las cataratas estén completamente desarrolladas para ser eliminadas. Si dificultan la visión, es importante eliminarlas (independientemente de su estado de desarrollo).

Mito #7: Leer con luz tenue o letra muy pequeña desgasta la vista

Imaginemos que el ojo es más parecido al mecanismo de una cámara de fotos que al de un músculo: la foto puede ser de mala calidad, pero esto no quiere decir que la cámara esté mal. Al leer con poca luz o letra muy pequeña, se puede notar cansancio o incluso un poco de dolor por el esfuerzo para enfocar, pero en ningún caso ocasionará un daño permanente a los ojos.

No obstante, siempre es recomendable leer en una zona con buena iluminación, para evitar el sobreesfuerzo (la foto saldrá mejor si la <<cámara>> tiene buenas condiciones).

Mito #8: si te pones bizco a propósito, los ojos se pueden quedar así

Obviamente este es el mito menos creíble de todos, pero está tan extendido (sobre todo con los niños) que había que mencionarlo. No obstante, si un niño se pone bizco o se le desvía un ojo constantemente, es hora de llevarlo al oftalmólogo.

Como podéis ver, hay muchos mitos sobre la vista y la gran mayoría son falsos. Recomendamos usar el sentido común y, caso de molestias acudir a un especialista.