Lentes de contacto y ojos sensibles

El padecer hipersensibilidad en los ojos, no implica no poder llevar lentes de contacto, pero si dificulta la adaptación de las mismas.

Algunas personas que utilizan lentes de contacto tienen tendencia a presentar picor, lagrimeo, escozor y/o fotofobia. Esto puede deberse a distintas causas que no tienen porque estar relacionadas con las lentes de contacto:

  • La edad hace que desarrollemos una mayor sensibilidad en los ojos.
  • Predisposición genética, que conlleva a una sensibilidad a la luz, conocida como fotofobia.
  • Personas con alergias debido al polen, mascotas, polución, productos cosméticos, tales como maquillajes.
  • Irritación por excesiva exposición a pantallas digitales, resecan los ojos, los enrojecen e incluso provocan ardor.

¿Qué podemos hacer frente a esto?

Siempre debemos dejarnos asesorar por un experto, bien el oculista o el óptico, que nos aconsejará la mejor opción para cada caso.

Las lentes de contacto las encontramos de uso diario, semanal o mensual. En caso de tener los ojos sensibles, la mejor opción es la de uso diario, ya que evitamos el uso de la solución única, un desinfectante utilizado para eliminar restos de suciedad e hidratar la lente.

Al ser de uso diario, evitamos poder desarrollar cualquier tipo de alergia a este producto, ya que hay ciertas personas que no lo toleran.

Otro punto a tener en cuenta es el material de la lente, en el mercado existen numerosos. El más idóneo para ojos sensibles es la silicona de hidrogel, mantienen la hidratación ocular, evitando así el ojo seco.

Otra recomendación importante es el uso de lágrimas artificiales, en monodosis, para que no contengan conservantes y que lleven en su composición ácido hialurónico, potente humectante e hidratante de la superficie corneal. Si el ojo está hidratado evitamos reacciones de hipersensibilidad por el contacto de la lente con la córnea.

¿Qué otros hábitos puedo cambiar si tengo ojo sensible y quiero usar lentes de contacto?

  • Reducir todo lo que podamos la exposición a dispositivos electrónicos, sobre todo por la noche, ya que la luz que desprenden es más dañina incluso por el contraste con la oscuridad.
  • Alternar el uso de gafas con las lentes de contacto, para dar descanso al ojo, en la medida de lo que se pueda.
  • Ingerir alimentos ricos en antioxidantes y Omega 3, porque nos ayudarán a tener una lágrima óptima y a evitar daño ocular. Los encontramos en frutas, verduras y pescado azul.
  • Descansar unas ocho horas al día.
  • Beber dos litros de agua al día.
  • Evitar ambientes secos o exposición a humo, tal como el del tabaco.
  • Usar lágrimas artificiales a demanda.

Si aún así, siguiendo estos consejos, usando lentes de uso diario de hidrogel, el problema no se resuelve lo ideal es sustituirlas por gafas e intentar usarlas mínimamente, para no empeorar nuestra salud ocular.